jueves, 3 de noviembre de 2011

Exterminio salvaje en Ohio

Aún no logro salir del asombro que me provocó la noticia de que 56 animales exóticos que estaban en cautiverio en una reserva privada de Ohio en Estados Unidos se habían escapado, luego de que su dueño se suicidará de un disparo en la cabeza.

Un león encabezó el grupo de las 56 fieras que merodeaban las carreteras de Zanesville en Ohio. Las familias se encerraron en sus casas. Algunas tiendas y casi todos los colegios cerraron el pasado miércoles 19 de octubre. Los agentes del condado se dedicaron a la caza mayor en la localidad. El caos imperaba.

Las llamadas de los vecinos desesperados colapsaron los teléfonos de las autoridades locales.

Armados con dardos tranquilizantes y otras municiones, los miembros de los cuerpos de socorro fueron a la caza de los animales dejados en libertad por el suicida. Las órdenes eran precisas: “tiren a matar”. El mandato dio sus frutos en pocas horas y fueron sacrificados 48 de los 56 animales.

Es sorprendente que en Estados Unidos sucedan cosas como esta. En primer lugar, que existiera una reserva con tantos animales salvajes y en segundo lugar, que en lugar de haber disparado con los dardos tranquilizantes, emplearan balas que acabaron con la vida de estos desdichados seres vivos, que fueron sacados de su hábitat natural para ser sometidos al stress que les genera la vida en cautiverio.

El periódico El País informó en su edición digital del pasado miércoles 18, que los animales habían estado cautivos en la reserva Muskingum Animal Farm, de 18 hectáreas. El recinto era propiedad de Terry W. Thompson, de 62 años, que en 2005 había sido condenado por maltratar a reses y a un bisonte. A pesar de ello, se le permitió seguir adquiriendo animales, a los que tenía recluidos en su reserva. Incluso PETA, la mayor agrupación a favor de los derechos de los animales, había denunciado públicamente a Thompson ante el Departamento de Agricultura del gobierno federal.

La masacre a estos animales es un verdadero abuso, pues como permitieron las autoridades de ese condado que esta historia tuviese tan trágico desenlace. Es evidente que las autoridades actuantes demostraron mayor salvajismo que las fieras sacrificadas.

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