Hace justo 15 días tuve la oportunidad de participar en un proceso de investigación, con miras a seleccionar los beneficiarios de una vivienda de madera, dotada de los elementos necesarios para que un ser humano pueda vivir con ciertos niveles de dignidad. Esta actividad la desarrollo junto con un grupo de voluntarios de la ONG "Un Techo para mi país", y el grupo del que forme parte trabajo en dos sectores de San Francisco de Macoris.
En el primer sector que visitamos el sábado tenía un nombre muy particular: "Barrio Manhattan, y sus calles con nombres tan simbólicos como la Brodway, Riverside, la 163, entre otras. Cabe destacar, que lo llamativo de las denominaciones de estas rudimentarias y polvorientas calles, contrasta con la cantidad de casuchas con aspecto triste y deplorable.
Ya en nuestro segundo día, nos trasladamos al sector llamado La Espinola, y lo que encontramos ahí daba ganas de llorar, casas con piso de tierra, con zinc oxidado, como la única barrera que los separa del frío y la intemperie.
Con este viaje, que no fue de placer, pude apreciar las condiciones en las que sobreviven tantos compatriotas, y que que en medio de la miseria aún tienen la capacidad de brindar una sonrisa. Pero debemos conocer estas historias y hacer todo lo que este a nuestro alcance para que podamos dar un cambio de página, pues creo que juntos podemos.
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