Alza en el precio de los combustibles, el costo de la canasta familiar por las nubes; problemas de corrupción a nivel general, que panorama tan desalentador para nuestro amado país. Pero ya lo dijo el patricio Juan Pablo Duarte, que Mientras no se castigo a los traidores como se debe, los buenos dominicanos seremos siempre victimas de sus maquinaciones. Es justamente castigo a los corruptos, a aquellos que van a los puestos públicos a hacer fortuna, no ha servir.
Ya lo dice el refrán, pues el que nada debe, nada teme. Pues es justamente lo que deben demostrar los miembros de la Cámara de Cuentas, objetos de investigación, ante tan serias imputaciones que se le han formulado. Pero las investigaciones deben ser exhaustivas y si hay que traducirlos a la justicia ordinaria, si se demuestra irregularidad, pues que se haga.
En nuestro país se debe dar una lección a los corruptos y acabar de una vez por todas, la visión que se tiene de que sólo a los pobres se les castiga con severidad cuando incurren en algún delito.
El que ha delinquido debe ser sancionado, sin tener en cuenta su estatus social, el color del partido político al que pertenecen, en fin, deben ser juzgados según la gravedad de los hechos probados.
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