Nunca había participado, pero por ser periodista y por apoyar a mi clase me motive a ser uno de los participantes en la edición de este año del maratón de la Prensa, organizado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), y la verdad que no quede con deseos de participar otra vez.
El objetivo de esta actividad es admirable, ya que busca ser un medio para rendir culto a la salud y compartir un momento ameno, pero la organización del evento ha dejado mucho que desear. En primer lugar, convocaron para las 3.00 de la tarde y empezó hora y media después. La logística fue dándose sobre la marcha, y casi de manera improvisada, desde mi punto de vista.
La ruta, que inicio en la Calle Palo Hincado, y que luego continuaría todo el Malecón no contó con el control de ningún agente de tránsito y nos vimos de repente corriendo entre los vehículos, con la peligrosidad que eso implica. Fui de los que optó por correr sobre la cera. Además no había donde guardar los bultos y tuve que correr con mi mochila a cuestas.
Mi intención no es desacreditar la actividad, pero si que estas críticas sirvan para que puedan mejorar, ya que el fin de la actividad es de gran importancia.
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