“Yo tengo un sueño”, fue el inicio de la emblemática frase de Martin Luther King, y justamente el pasado 4 de noviembre se ha podido ver, lo que fue el deseo de este luchador incansable por los derechos de los afroamericanos. El 4 de noviembre de 2008 ha pasado a la historia, y lo ha hecho por partida doble: se ha alcanzado una votación record, con un alto nivel de participación y en segundo lugar, resulto electo el primer presidente de origen negro de los Estados Unidos, Barack Obama.
Como lo aseguraban las encuestas, representante de los demócratas derrotó de manera incuestionable al candidato de los republicanos, John McCain, quien ante los resultados sólo tuvo palabras para reconocer su derrota y manifestar su cuota de culpabilidad en el revés sufrido en esta contienda por su partido.
Con el resultado electoral, los norteamericanos han dejado claro que más que ver el color de la piel, desean un presidente que los lleve a salir airosos de la encrucijada en la cual se encuentran. Realmente lo que le espera a Obama no es una situación fácil, y no se verán resultados en el corto plazo. Aunque debe tener presente que el estabilizar la economía debe ser su prioridad.
Con el triunfo de Barack Obama, quien hasta hace poco fue un perfecto desconocido para el mundo, queda claro que en la política todo es posible. El fenómeno Obama ha dado la esperanza a los más jóvenes y a las minorias de que otra América es Posible. Yes we can.
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