

La fresca mañana y el sol primaveral anunciaban que sería un día inolvidable. Partimos en el autobus, justo a las 9:35 de la mañana. En el recorrido hacia el Rancho El Esparragal, ubicado en la localidad de Gerona, Sevilla, apreciamos la verdor de la campiña Sevillana.
Estabamos todos los estudiantes de Master de la EOI preparados para participar en una charla sobre trabajo en equipo, pero de entrada fuimos sorprendidos con una dinámica donde se puso a prueba nuestra capacidad para trabajar de manera grupal. Teniamos que trasladar un barril con un material "peligroso"(en sentido figurado) que no podíamos manipular de cerca y cuyo perimetro tampoco podiamos sobrepasar. Disponiamos de cuerdas y una goma para trasladarlo y vertirlo en una zona de díficil acceso, aunque al grupo de periodismo, al principio le pareció dificil, logramos vertir el liquido casí por completo en la zona habilitada. De esa manera comenzó un día cargado de actividades en las que se puso de manifiesto que para trabajar en equipo hay que seguir un objetivo común.
Tras superar la prueba inicial, pasamos a la fase de conocer o plantear todo lo relativo a las experiencias positivas y negativas que se pusieron de manifiesto mediante el ejercicio. Pero lo mejor estaba por iniciar, ya que quedaba por demostrar si en la práctica es fácil el trabajar en equipo, y vino la prueba de fuego.
Volvimos a abordar los autobuses y fuimos trasladados a una zona amplia, que de entrada daba la impresión de que estabamos en la selva africana. Una vez allí, fuimos divididos en 5 grupos de ocho personas, y cada equipo tenía que superar cuatro pruebas en las que se evaluaban desde la capacidad de trabajar en equipo, hasta el valor de cada uno de los miembros.
Formar el puente de Da Vinci, remar en un particular barco vikingo, que nos puso a sudar, prácticas de tiro al blanco y el deslizarnos en una cuerda desde una pendiente de 80 metros, hicieron que pasaramos un día cargado de emociones.
Caras de susto y fatiga, cuerpos sudoros, pero al final los equipos que resultaron ganadores sintieron que valio la pena el esfuerzo; mientras que los que no obtuvimos ni una mención especial, nos fuimos convencidos de que la clave de que las cosas funcionen, esta en que el equipo tenga una organización adecuada, que haya respeto entre sus miembros, pero también que lo importante no es ganar, sino competir dando el todo por el todo.
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